Casa Cápsula K


Arquitectos:
Kisho Kurokawa

Lugar:
Mori Izumi, Nagano, Japón

Año:
1974

Estado:
Construido

Atributos:

Tipologías:
:
Etiquetas:
:

Metabolistas japoneses

El trabajo de los Metabolistas japoneses resulta sorprendentemente próximo al del grupo inglés Archigram.

Los miembros más destacados de los Metabolistas japoneses fueron Kiyonori Kikutake (1928), Kisho Noriaki Kurokawa (1934) y el crítico Noburu Kawazoe. Todos trabajaron, sobre todo, alrededor de los conceptos de cambio y crecimiento, desde una analogía biológica, de un modo muy cercano a los atributos que hemos denominado como adaptabilidad, movilidad y progresividad.

Estos arquitectos compartían con el grupo inglés Archigram una obsesión por los mecanismos y las imágenes aeroespaciales. Desde finales de los 50, propusieron grandiosos proyectos utópicos, megaestructuras “para enchufar”, de crecimiento y adaptación constantes. Las imágenes de estos proyectos mostraban diferentes formas en las que depósitos y células podían ser enchufados o insertados en un entramado de megaestructuras. Siguiendo la estela de Yona Friedman, también distinguían entre elementos fijos y variables, recurriendo en muchas ocasiones a dibujar gigantescas torres de un carácter monumental a las que se podían adosar elementos normalizados ¨variables¨. En las imágenes de Kisho Kurokawa las células habitables son unos tanques prefabricados que se enganchan a vastos rascacielos helicoidales, mientras que en las ciudades flotantes de Kiyonori Kikutake las células se adherían como lapas a las superficies internas y externas de grandes cilindros que flotaban en el mar.

Los Metabolistas creían en la separación de las diferentes partes de un proyecto en función de su tiempo de uso o duración. De esta manera, las partes estructurales de un edificio serían más duraderas y las partes susceptibles de sufrir un cambio de uso tendrían una vida más corta, facilitando su flexibilidad. Sus planteamientos están relacionados con la noción de la impermanencia de las cosas, rasgo característico de la cultura japonesa.

Kikutake expresaba de esta forma la fascinación de los Metabolistas por el cambio: “al contrario que la arquitectura del pasado la arquitectura contemporánea debe ser variable, móvil y comprensible, capaz de cumplir las exigencias cambiantes de la época contemporánea. Con objeto de reflejar la realidad dinámica, lo que se necesita no es una función fija y estática, sino más bien una que sea capaz de sufrir cambios metabólicos (…) Debemos dejar de pensar en términos de función y forma y pensar en cambio en términos de espacio y función variable”. [1]

Kikutake creía necesario desarrollar una arquitectura que fuera, al tiempo, versátil, móvil, adaptable y progresiva.

Los Metabolistas consideraban que las ciudades debían estar en continuo cambio, renovando siempre sus componentes, de la misma manera que los organismos animales renuevan sus células. Las células urbanas serían las viviendas, concebidas como cápsulas fabricadas en serie y ligadas a una infraestructura más permanente de calles y torres. Cuando las cápsulas se desgastasen, o se volviesen obsoletas, podían ser fácilmente reemplazadas por otras nuevas.

 

[1] John.Donat (editor): World Architecture 2, Londres, 1965, p.13. Citado en JR Curtis: La Arquitectura Moderna desde 1900. Hermann Blume, 1986, p.341.

Kisho Kurokawa: 1962-Viviendas prefabricadas en hormigón y 1970-Cápsula vivienda Expo 70, Osaka

A diferencia de Archigram, los Metabolistas japoneses consiguieron materializar algunas de sus ideas, aunque a pequeña escala. Destacamos tres ejemplos:

 

 

1974. Kisho Kurokawa: Casa Cápsula K.  Mori Izumi, Nagano, Japón

Tras la Casa del cielo (1958) de Kiyonori Kikutake, la segunda vivienda unifamiliar que materializa las ideas del grupo Metabolista japonés, fue la casa Cápsula K (1974), de Kisho Kurokawa (1934-2007), autor, dos años antes, de la torre Nagakin en Tokio.

La casa Cápsula K supone una aplicación del concepto de cápsula desarrollado en la torre Nagakin a una vivienda unifamiliar, un refugio de verano construido por Kurokawa para sí mismo.

El acceso se realiza por la parte alta. Un cuerpo de hormigón armado, la “infraestructura”, contiene las dependencias principales, desarrolladas en dos niveles, incluyendo un salón con chimenea. El aparcamiento está situado sobre él.

1974. Kisho Kurokawa: Casa Cápsula K. Exterior

1974. Kisho Kurokawa: Casa Cápsula K. Planos

De este cuerpo de hormigón sobresalen 4 cápsulas en voladizo, sin ninguna estructura de soporte visible. Están sujetas con 4 pernos de acero de gran resistencia. Las cápsulas tienen las dimensiones de un contenedor marítimo. Están revestidas de acero cortén, con ventanas circulares.

Dos de las cápsulas son dormitorios, con sus respectivos baños. Otra es una cocina y la última es la sala tradicional japonesa para la ceremonia del té, con tatamis y techo de bambú. La ventana circular de esta cápsula, protegida por pantallas de papel shoji, funciona como ensoudoko, un elemento tradicional en la casa de té.

1974. Kisho Kurokawa: Casa Cápsula K. Interior

La idea es que cada cápsula pudiera ser sustituida o intercambiada cuando fuera necesario, creando una arquitectura progresiva en continuo cambio capaz de renovar sus componentes de la misma manera que los organismos vivos renuevan sus células.

1974. Kisho Kurokawa: Casa Cápsula K. Maqueta